Los 10 errores que cometemos con nuestra piel en verano

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El verano se acerca y con él muchos errores a la hora de cuidar nuestra piel. Las altas temperaturas, la exposición solar prolongada y un ritmo de vida, generalmente, desordenado pasan factura a nuestra piel.

Existen un buen puñado de consejos que podemos darte para intensificar los cuidados de tu piel en verano, sin embargo, bastará con que no cometas estos errores frecuentes para que tu piel se vea mucho más sana y bonita (además de bronceada):


1. Ojo con la depilación y los baños en el mar:

Te despiertas por la mañana y recibes un whatsapp:

– ¿Playa?

– ¡Sí­!

Oh, no… ¡no estás depilada! En ese momento coges la cuchilla y te la pasas por las piernas sin más miramientos. Llegas a la playa, tomas el sol durante 2 horas y te bañas en el mar, ¿no?Estás cometiendo el primer error.

La depilación en seco deja la piel muy expuesta a factores externos y corres el riesgo de sufrir una infección. El agua del mar está llena de bacterias vivas, y si la piel tiene alguna heridita, por pequeña que sea, puede empeorar su aspecto después del baño.

2. No cuidar las pieles grasas:

Existe una falsa creencia de que los rayos del sol secan las espinillas, sin embargo, el calor y la exposición solar aumenta la producción de sebo de nuestra piel. De hecho, por cada 1 grado de temperatura la producción de sebo aumenta un 10%. Así­ que, si tienes la piel grasa y sueles tomar el sol como un lagarto para secar tu piel, estás cometiendo el segundo error.

Utiliza fotoprotectores aptos para pieles grasas que sean no comedogénicos, como Repaskin Tacto Seda, y no olvides cuidar tu piel con productos hidratantes y seborreguladores.

3. No usar una crema solar adecuada para nuestro tipo de piel:

¿Cuántas veces has ido al supermercado y has cogido la crema solar más barata que has encontrado? ¿O la que estaba primera en la fila? ¿O la que te ha recomendado tu mejor amiga? Las cremas solares deben adecuarse a tu piel como cualquier otro producto cosmético. Si tienes la piel grasa debes elegir texturas ligeras, no comedogénicas y a ser posible oil free; mientras que si tienes la piel seca puedes decantarte por texturas más espesas y nutritivas.

4. Usar protección solar solo en la playa:

Podremos decí­rtelo un millón de veces y seguirás saliendo de casa sin un factor de protección puesto. Hasta la rutina de belleza más estricta no sirve de nada si expones a tu piel a los rayos del sol sin protección. Hazle un favor a tu piel y añade un paso más a tu protocolo, solo tardarás unos segundos!

5. No beber suficiente agua:

Como decí­amos, el verano suele ser una época del año un tanto desordenada y sin horarios. Seguramente durante el resto del año tienes tu botella de agua bien cerca de ti en la oficina e intentar cumplir eso de beber 2 litros de agua al dí­a. Pero, ¿y en verano? Más allá del agua que bebemos cuando estamos sedientos tendemos a tirar más hacia el mojito que a la botella de agua. ERROR. En verano, más que en cualquier época del año, nuestra piel necesita hidratación extra.

6. Cuidado con el agua de la piscina:

No te alarmes. No pasa absolutamente nada por darte un baño en la piscina. Sin embargo, la combinación de cloro, cremas solares, perfumes, desodorante y, sí­, orina, puede resecar, irritar o presentar alguna reacción alérgica en nuestra piel. Dúchate antes de entrar en la piscina, para evitar que tus cremas reaccionen, y cuando salgas para eliminar los restos de cloro.

7. Olvidar nuestros labios:

Los labios están expuestos a la radiación solar igual que el resto del cuerpo, por lo que también debemos protegerlos. Aunque no se enrojezcan o no piquen, también pueden llegar a quemarse. Utiliza un protector labial con SPF30 o 50 y evitarás que se pelen, resequen o quemen.

8. No exfoliar la piel:

Aunque no hay que hacerlo tan a menudo como en invierno, la piel necesita desprenderse de sus células muertas. Utiliza exfoliantes menos abrasivos que no irriten la piel y asegúrate de exfoliar tu rostro y tu cuerpo, una vez a la semana o una vez cada quince dí­as. Notarás la diferencia.

9. Utilizar la misma rutina en verano que en invierno:

Nuestro hábitat es fundamental para nuestra piel, por eso, no es lo mismo vivir a 15 grados que a 30. Nuestra rutina de belleza deberá cambiar en los meses de verano y nos tendremos que decantar por productos antioxidantes e hidratantes que neutralicen la acción de los radicales libres y combatan el fotodaño y nos devuelvan el agua que perdemos con la sudoración; y deberemos evitar usar ácidos y retinoles que tan expuesta dejan la piel.

10. Abusar del alcohol y el tabaco:

Sabemos que en los meses de verano la vida social aumenta de forma exponencial: festivales, conciertos, viajes, cenas, fiestas… Es casi imposible pasar un dí­a tranquilo en casa. ¿Y quién dice que no a un mojito? Tendemos a aumentar el consumo de alcohol y tabaco en esta época, lo que afecta de forma directa a nuestra piel (y también a nuestro peso).

Son pequeños gestos del dí­a a dí­a que pueden favorecer a la salud de nuestra bien y nos pueden ayudar a mantenerla sana y con buen aspecto. ¡Solo tienes que ponerlos en práctica y disfrutar de tu piel al máximo este verano!


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